ALMENDRADA

La almendrada remonta a la época tardía medieval, hace su primera aparencia imprimida en el Llibre del coch de los siglos XV-XVI, y hoy en día se puede servir como un mousse de chocolate, en raciones pequeñas. De Nola la citó con su nombre moderno almendrada, descrita como comida para enfermos y variada con semillas de calabaza o agua de rosas según la dolencia. En esa época fue un plato laborioso porque había que reducir las almendras a polvo en un mortero o en una máquina de picar. Hoy en día, gracias a la tecnología moderna, es una crema que se prepara casi como una fast food saludable. Las almendras tienen que ser fibrosas, es decir de secano, aunque vale cualquier variedad, como por ejemplo, las Marconas o Larguetas finas de Alicante, la tierra del turrón. El azúcar, si puede ser, de caña. Pueden utilizarse las variaciones medievales del siglo XV. Sin embargo, prefiero el juego de dulce y ácidos que ofrece un puré tamizado de frambuesa o melocotón, con un pizco de azúcar glas, y una cucharada de yogur o kéfir de oveja o cabra.