CONGRESO DE ESTUDIOS FRANCISCANOS

¿Qué quería decir Altamiras cuando nombró a su cocina «nuevo arte»? La Asociación Hispánica de Estudios Franciscanos fue un buen foro donde analizar el asunto con historiadores, antropólogos, abogados y filólogos, todos expertos en la cultura franciscana. En 2019 el enfoque de su congreso anual, convocado por Manuel Peláez del Rosal, fue San Francisco y la cultura, pero sobre todo el arte. Las ponencias, presentadas en la elegante Hospedería San Francisco de Priego de Córdoba, un antiguo convento reconvertido en hotel, incluyeron un análisis de los franciscanos en la ruta de la seda, otro de la iconografía del Museo de Bellas Artes de Sevilla y un estudio del libro de Emilia Pardo Bazán sobre la vida de San Francisco. La Asociación me invitó a dar una conferencia sobre la huella de Altamiras en la cocina española en un duo con Fray Ángel Serrano, encargado actual de la cocina en el Monasterio de Santo Espíritu de Gilet, y responsable de un excepcional resurgimiento culinario por ahí. Antes de sus palabras, que destacaron por qué la cocina franciscana sigue con su relevancia en el siglo XXI, expliqué el «nuevo arte» de Altamiras, un vocabulario idiomático de cocina, por el comparable al «arte» lingüística de autores franciscanos que crearon numerosos diccionarios y obras facilitando su vida cotidiana en Asia, el Nuevo Mundo y Oriente Medio. Enseguida en el Mirador de Almendra en uno de los numerosos restaurantes de Priego, pudimos disfrutar de un menú compuesto de platos de Altamiras, empezando con su clásica sustancia de pollo en una versión delicada y condimentada al estilo andaluz, con una ramita pequeña de hierbabuena intensa, limón – muy popular en la cocina francesa y española del siglo XVIII – y una sopa de pan. Fue un fin de semana memorable no solo por las actividades pero también el placer de paseos y la conversación que seguía hasta la madrugada.

Fotos del congreso cortesía de Manuel Peláez del Rosal.


